domingo, 12 de noviembre de 2006


Un espacio libre. Lo lleno de palabras. Pestañeos. Lluvia. Películas.
Metástasis: el corazón se extiende hasta más allá de las piernas de la calle.
Mis pasos van con esta música, versos y tambores.
Resuenan mis imágenes. El cuerpo no me pesa. Y el aire no me hace falta.

Hago el amor con los sueños. Y no los conozco de nada. Traviesa, cruzo sin mirar, me pita un coche y vuelvo a tierra. Me agarro por un momento aquí abajo: Yo, impureza controlada.
Miradas, las huyo, las atrapo, me matan, me salvan. Trasciendo luces de neón ruidos matemáticos, llego más abajo, toco mis raíces. Crecí como un alga clorofílica y nadie más estaba allí,¿ acaso ahora si? Hasta las ruinas del fondo del mar nadie pudo llegar, y las burbujas me coronaron reina de un paraíso indescriptible. Es increíble pero aquí no se oye nada. Me disuelvo, soy líquido, agua pura, y la luna me maneja. No hablo, no miento, no quiero.
Se oye algo a lo lejos, y cuando miro ya no lo veo. Una flecha cruza mi oxígeno: Unos ojos que miran sin decir palabra. Me acompañan, las algas se separan. Nuestros cuerpos se mueven por un impulso que viene de más arriba, la marea nos eleva. No entendemos nada.
Nada. El tiempo no pasa. O si, aquí abajo no se oye nada. Olas nos sumergen mas abajo . Adentro del fondo y tocamos la arena blanca que nadie ha pisado. Vírgenes explorando, nos movemos por la inercia de los cuerpos que suben y bajan. Arriba pasan furiosas, más olas.
Una espuma choca contra otra, el golpe empuja mi cuerpo mi mirada a una espiral oscura que me traspasa. No veo nada. Agito mis brazos hacia arriba, el agua está viva, me enlaza, suelto mis piernas, levanto mi cabeza, hacia arriba, ya vamos, llegamos,
¿dónde estás? No te veo.

Fuera, lejos de casa. Mi otro cuerpo perdido en el océano.
Arriba, El aire seca mi piel, me pesa la saliva anclada en mi garganta. Necesito agua.
Vuelvo, revuelvo todo, lo busco, no lo encuentro. Donde te perdí, ahora estoy otra vez aquí. Ruinas azules. Pero ya no hay pisadas en el agua. Nadadora ahora, con meta. Pierdo mi corona, navego ahora, en un mar rojo.Un ruido aparece, cuando miro no oigo nada, y llega otra vez, la misma mirada. No hay cuerpo, no hay salida. Sus ojos, me crucifican en una cruz de burbujas. Y yo solo buscaba mi corona, mi cuerpo, y me clavas contra ello, contra todomideseo. Días, pasan tantos días. Estoy apunto de ahogarme, me has traído a la tierra. ¿Estoy en ella? Y lucho, ahora lucho contra ella o contra ti que me has clavado a ella, pero primero he de soltarme para luego agarrarte. Enfurezco mis ganas, sangro. No funciona. Quieta, tranquila, me quedo paralizada. Y me disuelvo, me fundo en lo mas infinito del océano. Transparente, puro mar. Libertad. Nado hacia ti. No podemos tocarnos, nos mezclamos, no tienes cuerpo, solo dos alas, y mi alma.

1 comentario:

RAÚL HERRERA - Arte dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.